lunes, 17 de agosto de 2009

Epidemia de golpes en la cabeza

Los médicos del Hospital Rosales aseguran que la violencia social ha reproducido los traumatismos craneales y los hematomas en el cerebro. Las lesiones por bala, arma punzante y vapuleadas ocupan buena parte de la atención de la unidad de neurocirugía. Los accidentes de tránsito y las caídas de árboles y entre otras causas también se suman al listado de lesiones que atienden.

Escrito por Loida Martínez Avelar
Lunes, 17 agosto 2009 00:00

En los pasillos del hospital Rosales ya es parte de la cotidianidad del gremio médico hablar sobre el incremento de ingresos de personas que sufren alguna lesión cerebral en la cabeza.

Si bien es cierto, en la institución no existen cifras oficiales que demuestren cuánto le cuestan, de manera global, al Rosales las atenciones por fracturas craneales, los médicos de la unidad de emergencia y unidad de neurocirugía dan testimonio de que la delincuencia absorbe buena parte del presupuesto asignado. “Por eso no alcanza”, dicen.

Al sumar en el total de pabellones de cirugía siempre hay al menos, cada semana, 10 pacientes que estén hospitalizados por una lesión en la cabeza causada por la violencia social.

Un día de hospitalización en el Rosales para atender a un paciente de neurocirugía le cuesta al sistema de Salud $167.59.

Los epidemia permanente, los accidentes de tránsito, también agudizan la situación en uno de los centros asistenciales más importantes del país, por su nivel de especialización, donde consultan todos los pobladores que no tienen para pagar una atención en un hospital privada.

Luis José Fuentes Escobar, de 14 años, es otro de los jóvenes que ha recibido asistencia del equipo de neurocirugía. Él permanece en la unidad de cuidados intermedios del Rosales, luego de haber sido atropellado en San Isidro, Cabañas.

Lleva 11 días hospitalizado en dicha unidad, cada día allí cuesta $1,344.17, según cifras proporcionadas por la gerencia del hospital estatal.

Hasta marzo del presente año, el Rosales reporta 194 atenciones en la sala de emergencia por pacientes que llegan con lesiones craneales y 75 hospitalizaciones por esa causa.

“Hasta agosto las cifras se han multiplicado. La violencia es el primer factor que nos llena nuestro hospital”, explicó Guadalupe Chuchillas, jefe de la unidad de neurocirugía del centro hospitalario.

Cada semana, el equipo que ella dirige opera por lo menos a seis pacientes.

“Es los últimos años es que se ha visto que han incrementado. Los baleados, heridos y golpeados son muchos. Quedarse una noche en emergencia da miedo por todos los casos que se reciben y que vienen a dar al servicio de neurocirugía”, afirma Cuchillas.

“La atención es cara aquí y en cualquier parte del mundo”, explicó la especialista.

Y la aseveración resuena con más eco en las palabras del jefe de la unidad de emergencia del Rosales, José Antonio Tobar: “Los fines de semana y días de pago se multiplican los lesionados. Da la impresión que los delincuentes buscan partes vitales del cuerpo para atacar a las víctimas”, recalcó el médico cirujano.

En promedio, cada fin de semana, son atendidos 25 personas entre vapuleadas, heridas de bala y por arma punzante. La cabeza es uno de los puntos principales donde los atacan.

Del total de atendidos, solo un 10% logra sobrevivir a la severidad de las lesiones. En su mayoría son los más jóvenes y requieren del servicio de neurocirugía, dice el doctor Mendelson Alas, residente de neurocirugía.

La mayoría de casos presentan hematomas que son removidos del cerebro, sin embargo, el espacio que queda trae repercusiones en los pacientes. Estas pueden ser tan pequeñas como un dolor de cabeza o mucho más graves, como un hablado lento, la inmovilización de alguna parte o no poder caminar.

El año pasado, en la emergencia del Rosales se atendieron a 926 pacientes con traumatismo craneal, y de ellos solo 238 requirieron hospitalización.

“A pesar de tanto ver, sí quisiéramos que la situación se tranquilizará, da lástima observar a tanta persona mal por la delincuencia”, concluye una enfermera al hablar sobre el sentimiento que le provoca ver a las personas lesionadas. La mayoría de la cabeza.

Fuente: La Prensa Gráfica

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